lunes, 17 de abril de 2017

Emotivo adiós al querido doctor “Puchi” Prados

Por el doctor Francisco E. Viano.
“Puchi” Prados, con su barba candado, junto a sus colegas y amigos médicos Francisco Viano (autor de la semblanza), Valentín Rodríguez Turk y Hugo Rodríguez.
Hace unos días nos dejó en la vida terrenal el apreciado y querible doctor “Puchi” Prados.
Médico oculista al igual que su padre, quien fuera un icono de la especialidad en Santiago del Estero, el doctor Fortunato Prados.
“Puchi” tuvo una dilatada, prolífica y amplia trayectoria en nuestra provincia, destacándose desde joven en el quehacer de la política santiagueña, como dirigente deportivo y, desde luego, en el ejercicio profesional. Seguramente la jerarquía y condiciones humanas de “Puchi” superan holgadamente y deja en un segundo plano al médico.
Se caracterizó y distinguió por su don de gente, su humildad, su sencillez y por el respeto que dispensaba a todos quienes tuvieron la suerte y el honor de conocerlo y tratarlo.
No menos relevante como aristas de su personalidad fueron su enorme generosidad y desprendimiento para atender y ayudar a sus pacientes; tuvieran o no medios para abonarle sus servicios profesionales.
Párrafo aparte amerita resaltar el cariño y afecto entrañable, genuino, espontáneo y sincero que tuvo siempre para con sus pacientes, amigos, conocidos y colaboradores. “Hola ‘papi’, hola ‘mami’, chau ‘ vieja’”, eran sus saludos habituales y cotidianos con los que “Puchi” recibía o despedía a sus pacientes, colegas, empleados de su clínica o amigos.
De más está decir que aquel afecto descripto era reciproco y él lo recibía  aun con creces.
Apasionado por naturaleza, así sentía y entendía la política, la medicina rural -que ejerció muchos años aun estando enfermo-, y su histórica y conocida simpatía  futbolera por Boca Juniors. Fue coherente y consecuente, dando testimonio de vida hasta el final con su ideario y convicciones político-ideológicas.
Soportó con dignidad el paulatino y progresivo quebranto de su salud, apoyado y sostenido heroicamente por el mutuo e incondicional amor de su esposa Luisa y sus tres hijos. Ellos son los herederos naturales del gran legado de bondad, de humanismo ético y de hombría de bien que nos deja a todos este ser humano de excepción.
¡Gracias por todo doctor “Puchi” Prados…! Chau “Papi”… hasta siempre!

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