lunes, 28 de octubre de 2013

El aparato de Zamora gritó retruco a la Corte y al Gobierno nacional

Tapa del diario El Liberal.
Tapa de Nuevo Diario.
Faltaban cien horas para las elecciones cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación suspendió la elección de gobernador y vice en Santiago del Estero, cerrándole el camino a Gerardo Zamora que venía cabalgando tranquilamente en la búsqueda de su tercer mandato o “re re”.
Duramente golpeado, dijo que respetaría el fallo y, de inmediato, se encargó de poner en marcha, con más fuerza que nunca, una contundente respuesta política a los cuatro ministros del máximo tribunal judicial de la Nación que, cuando se jugaba tiempo de descuento, interrumpieron la ingeniería política de Zamora.
Acudió a su hegemónico aparato que supo construir en ocho años de gestión gubernamental y, animado por la premisa de que en las elecciones “se expresa y habla el pueblo”, logró una victoria aplastante con alrededor del 76,44 por ciento  de los votos.
Repartió respuestas para todos lados, políticamente, como líder de un gran segmento y de un impresionante aparato donde son copartícipe radicales y justicialistas, dentro del Frente Cívico por Santiago.
Con los resultados en la mano, exhibió la clara supremacía de su poder político, y lo publicitó, sobre todo, para quitar tranquilidad a la Corte Suprema de Justicia.
Es que Zamora no está apurando a la Corta para que cambie su opinión y lo rehabilita a un tercer mandato, sino que está buscando "meterle prisa" y que resuelva el fondo de la cuestión, a fin de que pueda convocarse a las elecciones a gobernador y vice en los próximos días.
Esto es lógico, una demora que supere el 10 de diciembre pondría una espada de Damocles sobre la institucionalidad de la provincia, y los riesgos serían enormes sobre otro desmadre que destruya los ocho años de democracia en la provincia.
El otro envío que quiso expresar está dirigido hacia el kirchnerismo o cristianismo, sabedor de que el abrumador triunfo lo convalida como el primer árbitro a la hora de elegir a su sucesor y al vice, desalentando a algunos intrépidos que podrían estar pergeñando designar candidatos “a dedo”.
Y, como se sabe, Zamora consiguió lo que parecía imposible: obtener las tres bancas de senadores nacionales, dos por el Frente Cívico y uno por la colectora del Frente Popular. Fue el “ingeniero” de esta estrategia y el jefe de campaña de las dos listas. (Tampoco hay que soslayar el triunfo en la categoría de diputados nacionales, donde los tres electos van a integrar el bloque de siete legisladores que responden incondicionalmente al oficialismo nacional).
Entonces, tiene sobradas razones para seguir siendo “el referente” único del kirchnerismo en la provincia. Todo porque el Gobierno nacional perdió una banca en el Senado (la de Daniel Filmus, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), pero Zamora la recuperó, justamente, a través de la colectora y con la figura del gremialista Gerardo Montenegro.

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