jueves, 18 de abril de 2013

Lo pide el Papa, pero la Iglesia de Santiago está lejos de ser pobre para los pobres

Los dos obispos de la Diócesis de Santiago del Estero parece que no escuchan los mensaje del papa Francisco. 
En menos de 40 días de Pontificado, el papa argentino Francisco se ha cansado de pedir, con mensajes claros y contundentes, a la Iglesia Católica que abandone sus aposentos y salga a la calle e incursione en las periferias para estar junto a los más desposeídos. Ayer, en otro mensaje, solicitó a los obispos argentinos que salgan “hacia todas las periferias existenciales” al advertir que, si no lo hacen, la Iglesia “se enferma”.
Sin embargo, en nuestra provincia, más directamente en la Diócesis de Santiago del Estero, se mantiene el encierro del obispo Francisco Polti y de su Auxiliar  Ariel Torrado Mosconi, quienes mantienen sus reuniones con los poderosos en una agenda en la que no figuran ni las periferias ni los pobres.
Y, en ese tren, tiene razón el papa Francisco porque la Diócesis de Santiago del Estero padece “esa enfermedad de la Iglesia encerrada en la autoreferencia”.
Los obispos de esta diócesis ni se “gastaron” ni se “gastarán” ni se “deslhicharán” ni se “tomarán en serio la conversión pastoral” que solicita el Santo Padre.

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