sábado, 16 de febrero de 2013

Carta-repudio, del Mocase, al obispo Polti

Por Guido R Corvalán, presidente, y Patricia Orellana, secretaria, del Mocase.
El Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero salió en defensa del padre Roberto Murall, a quien Polti no le renovó el contrato.
Como Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero), en representación de más de quince mil familias de todo el territorio provincial santiagueño, abarcado por las dos diócesis de Santiago del Estero, nos dirigimos al obispo diocesano Francisco Polti y a las comunidades diocesanas, conmovidos por su decisión de apartar de nuestra diócesis al Padre Roberto Murall, un humilde y fiel servidor de nuestro movimiento provincial.
Desde su llegada a Santiago del Estero, hace más de 14 años, hemos aprendido a querer al padre Roberto como un integrante más de nuestra organización campesina- indígena, y a recibir con mucho agrado sus alientos de pastor, animando nuestra vida y nuestra fe, la importancia de no claudicar en la esperanza de las legítimas luchas por nuestros derechos campesinos ancestrales; arraigados en la fe sencilla que nuestro pueblo lleva adelante. Su palabra, su prédica, su acompañamiento y, por sobre todo, su testimonio de vida y de servicio a los pobres, anima nuestro espíritu popular del monte, a donde él siempre seguirá llegando, como varios otros sacerdotes, religiosas y unos pocos obispos, porque comprenden nuestra idiosincrasia.
Desde el Movimiento damos fe del compromiso sacerdotal del padre Roberto con las comunidades campesinas-indígenas santiagueñas, del acompañamiento a sus problemáticas sociales, sobre todo en la lucha por la defensa de la tierra, el agua y el monte; acciones que siempre impulsa en las comunidades, desde la prédica de la Palabra de Dios, haciéndonos sentir un Dios cercano, que no abandona a sus hijos. Es por eso que estamos convencidos que esta es la manera más cristiana de acompañarnos y catequizarnos, desde los valores humanos y cristianos: “La oración mueve los corazones a la acción”. En este sentido, también constatamos que muchos de nuestros compañeros de organización, que a pesar que no tienen la misma fe católica, se han inspirado en la prédica del padre Roberto, animándose a no abandonar la lucha conjunta.
Como campesinos nos sentimos parte de este modelo de Iglesia, ya que creemos es el fiel testamento a las Palabras de Jesús, que el padre Roberto y otros sacerdotes predican, no solo con la palabra sino por sobre todo con el ejemplo... “metiendo los pies en el barro”, como muchos de nosotros decimos, comprometiéndose con los que tenemos “la Vida y la Fe amenazadas”.

Compromiso incumplido

Fortísimo documento del Mocase repudia la actitud del obispo diocesano de Santiago del Estero, Francisco Polti.
Reunidos como comisión de la organización campesina del Mocase, para la redacción de este documento que haremos público, recordábamos agradecidos su compromiso del año 2011 en que Ud., como obispo diocesano, junto a los obispos Torrado y Uriona, después de escucharnos largo rato, comprometió su mediación ante el gobierno provincial y su acompañamiento a la búsqueda de soluciones a nuestros conflictos, mediante el diálogo.
Como movimiento creímos que parte de este compromiso asumido por ud., llega a nosotros mediante el acompañamiento del padre Roberto y de otros sacerdotes y religiosas que, comprometidos con nuestra realidad, aportan su presencia sacerdotal en las Mesas Departamentales de Tierra y en las acciones que nuestra organización lleva a cabo. Ante esto nos preguntamos y le preguntamos ¿porqué ha decidido romper su compromiso, sin antes consultarnos acerca de nuestra conformidad o no en el acompañamiento pastoral del padre Roberto a nuestra organización, que se concreta en su presencia en la Mesa de Tierra del departamento Jiménez? Como personas de fe, juzgamos importante que los pastores escuchen y consulten más a sus comunidades, antes de tomar decisisiones arbitrarias en desmedro del pueblo campesino indígena. También juzgamos que si se comprometió con nosotros mediante el acompañamiento de los párrocos del interior provincial, también debería habernos consultado antes de tomar decisiones como la de revocar el contrato del padre Roberto; decisión que va en desmedro de nuestra organización, ya que atenta contra nuestro bienestar humano y espiritual; contradiciendo así lo asumido por Ud., en la reunión que tuvo con nosotros en agosto de 2011.
Somos comunidades campesino-indígenas organizadas y no organizadas, que luchamos para hacer valer nuestros derechos, por eso lo hacemos con “dignidad”, para que nuestros derechos sean reconocidos pudiendo, por ejemplo, acceder a un sistema de salud igualitario al que Ud. recibe; a una mejor calidad educativa y universitaria, y a que nuestra identidad cultural sea reconocida y respetada. En este caminar, es muy importante que podamos contar con pastores que comprendan y se comprometan con nuestra realidad; ya que “no somos ni un grupo revolucionario, ni zurdos violentos” como “algunos” nos catalogan, hasta tratarnos de una raza extraña dentro de la humanidad. Solo exigimos nuestros derechos que merecemos como cristianos.

Repudio

En el padre Roberto descubrimos a un sacerdote sencillo, dialogante y comprometido con la realidad que Jesús vino a traernos, haciéndose uno más de nosotros como Jesús lo hizo, y contagiándonos el amor y el servicio a los más pobres que él descubrió en Jesús. Es por esto que creemos tener derecho para:
1. Repudiar sin término medio su decisión eclesial de no renovación del contrato al padre Roberto, como la Diócesis de Santiago del Estero lo viene haciendo desde hace 14 años.
2. Solidarizarnos con el padre Roberto pues, como ya lo hemos expresado, nos consta acerca de su entrega por los más pobres y afligidos del campesinado indígena, donde él trabaja y alimenta no sólo su espíritu, sino también nuestros ideales, sueños y esperanzas.
3. Seguir creyendo en una Iglesia santiagueña, liberadora, misionera, pobre y solidaria, que se nutre de la Palabra de Dios y de los sacramentos, para estar al servicio de los que tienen la vida y la fe amenazadas.
4. No querer una Iglesia autoritaria, sino basada en la búsqueda del diálogo, como camino para la solución a todos nuestros problemas. Esto muchas veces se pregona desde la Iglesia, pero no siempre se lo vive.
5. Exigir la continuidad del padre Roberto Murall en su servicio pastoral en la parroquia “Nuestra Señora de la Merced” del departamento Jiménez, así como su acompañamiento dialogante y esperanzador a la Mesa Parroquial y Departamental de Tierras de esa región.
6. Animar a las comunidades eclesiales a ser partícipes de las decisiones pastorales que diocesanamente y parroquialmente puedan tomarse en beneficio de las comunidades campesino-indígenas, para no atentar a su desorganización, en lo que a lo espiritual y a lo social se refiere, desde el proyecto de comunión de Jesús, por un Reino de Amor y de Justicia.
Esperando pueda Ud. hacer un examen de conciencia, iluminado por el Espíritu Divino, para así tomar la decisión beneficiosa para nuestras comunidades, con la renovación del contrato al padre Roberto Murall; con el respeto que todos los hijos e hijas de Dios nos merecemos, lo saludamos fraternalmente en Cristo y María.

No hay comentarios: