viernes, 25 de enero de 2013

“La banda” del fiscal Municipal, Mishima, se pasa de raya

El alambrado levantado por el poseedor.
La destrucción de “la banda” de Mishima.
Un ciudadano cordobés, afincado en El Zanjón, adquirió un terreno en la avenida Circunvalación, a 160 metros de la calle Lavalle, pero desde hace un mes es víctima del periódico hostigamiento del fiscal Municipal de la Capital, Adolfo Mishima, quien pretende ingresar al predio (siempre acompañado de una patota), sin ostentar título alguno.
Arena Política ha realizado varias crónicas sobre estos incidentes que se desarrollan tanto en el terreno como en la antesala de la comisaría seccional Décima, del barrio Autonomía. El fiscal Municipal, Mishima, apareció varias veces en el predio, pero “no da la cara” a la hora de enfrentar al comisario o a las autoridades judiciales. Desde ayer, como se encuentra de vacaciones en Brasil, envía a sus matones con un abogado del foro local y hasta de una escribana.
La singularidad del caso es que el poseedor del terreno, Lázaro Ricardo Salomón, ha recurrido oportunamente a la justicia y ha logrado una medida cautelar que lo autorizó a ocupar el predio, de todo lo cual fueron notificados los policías de la comisaría seccional Décima a fin de proteger la seguridad de la propiedad.
Frente a los embates de la gente de Mishima, se iniciaron los trabajos de alambrado del terreno porque, según apuntó Salomón en una nueva presentación ante la justicia, “me encuentro perjudicado económicamente (como lo relatara en la demanda originaria) dado que no puedo trabajar en el inmueble por el continuo hostigamiento que tengo por parte de quienes creyéndose dueños pero no acreditando título alguno ya que la posesión la ostenta el suscripto, sigo siendo amenazado continuamente por quienes pretenden ocupar mi propiedad y turbar mi posesión sin tener derecho alguno sobre ella”.

Agresión y amenaza de muerte

La semana pasada, Salomón fue llamado porque el cuidador del terreno, Argentino Santillán, fue agredido por tres sujetos que llegaron en una camioneta Volkswagen Amarok de color azul oscura, quienes le provocaron lesiones en el rostro, y amenazándolo que lo matarían si continuaba en el predio. Todo ello consta en la denuncia y el certificado policial del 21 de enero, asentados en la seccional Décima.
Hace unas horas, la misma patota de Mishima concurrió en compañía del hermano del fiscal Municipal, de nombre Federico,  un abogado apellidado Álvarez y una escribana.
Por la tarde, la patota, sin “jefes”, llegó y comenzó a cortar el alambrado, hasta que llegó la policía y detuvo a dos de los agresores y usurpadores, los que se encuentran detenidos en sede de la comisaría seccional Décima.
El relato pone de manifiesto cómo un grupo de sujetos, dirigidos por un funcionario de la municipalidad de la Capital, con el rango de fiscal, deciden pisotear a la justicia que intervino y adoptó las medidas pertinentes en torno a este incidente.
Notaria y un abogado, con los “invasores”.

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