sábado, 28 de julio de 2012

Reforma + re-reelección, con la fórmula Zamora-Norma de Matarazzo

Norma de Matarazzo, como vice.
Gerardo Zamora, en noviembre de 2005, se ufanó de haber sido el gobernador que reformó la Constitución diferenciándose de todos sus antecesores que buscaban la reelección sin límites para perpetuarse en el cargo de jefe del Poder Ejecutivo. Tomó distancia, sobre todo, de Carlos Juárez, que siempre que llegaba a la Casa de Gobierno apuraba la reformas constitucionales para habilitar su reelección sine die, (sentido literal, Sin día, que significa "sin plazo, sin fecha" y es muy usada en Derecho y Administración para decir que algo se pospone indefinidamente).
También Zamora se acordó del proceso vivido en Santiago entre 1985/86, cuando Juárez buscó reformar la Constitución para la su reelección indefinida, pero fracasó y fue derrotado en las elecciones a diputados constituyentes en un triunfo amplio y sorpresivo de la Unión Cívica Radical liderada por el ingeniero Jorge Zuaín, dueño de una trayectoria intachable como radical y anti-juarista.
Luego, aquella Convención Constituyente, con amplia mayoría radical, escribió una Constitución moderna y democrática.
Sin embargo, cuando regresó Juárez volvió a manosear el texto constitucional con la aparición de las Circunscripciones, la re-reelección ilimitada y tantos otros desaciertos que no favorecieron para nada a la democracia santiagueña.

Cambió de parecer

Zamora irá por la reelección.
Zamora ganó en febrero de 2005, asumió en marzo y, a mitad de año, reformó la Constitución nuevamente. A pedido suyo los convencionales constituyentes pusieron límite a la reelección.
Veamos. Art. 152. - Duración del mandato. Reelección. “El gobernador y vicegobernador ejercerán sus funciones por el término de cuatro años, sin que evento alguno pueda motivar su prórroga. Podrán ser reelectos o sucederse recíprocamente, por un nuevo período únicamente. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente, no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con intervalo de un período”.
No conforme con ello, el entonces flamante gobernador Zamora indicó a sus convencionales constituyentes la siguiente redacción constitucional en sexta de las disposiciones transitorias: “El mandato del gobernador de la provincia, en ejercicio al momento de sancionarse esta reforma, deberá ser considerado como primer período. (Referida al artículo 152)”.
Como se sabe, los mismos límites tienen los diputados (art.119), los concejales (art. 209) y los intendentes (art.210).
Como es claro como el agua de que Zamora no podrá presentarse (constitucionalmente hablando) para un tercer mandato, ahora se dispone a reformar la Constitución a fin de sacarle todas las prohibiciones que le impiden perpetuarse en el poder.
Arena Política está en condiciones de asegurar que Zamora camina a tientas en esta aventura política, porque hasta ahora no ha logrado hablar a solas con la presidente Cristina Fernández de Kirchner y, consecuentemente, no sabe cómo reaccionará la Casa Rosada cuando se informen de la convocatoria a la reforma de la Constitución santiagueña, con el único pretexto de la re-reelección del actual gobernador.
Los zamoristas confiaban en que en su última visita, la primera mandataria le levantaría la mano de Gerardo y le pediría (o rogaría) para que se vuelva a presentar como candidato. Un sueño de improvisados que, por supuesto, no se cumplió ni se va a cumplir.
A los que leen debajo el agua les llamó la atención que Cristina Fernández de Kirchner elogió a Zamora como si fuera el pasado. Dijo, y está grabado: “Zamora ha sido un buen gobernador”.

Seguirá el menjunje

Reforma constitucional, re-reelección y nuevo mandato, los objetivos de los cerebros del Frente Cívico y multimillonarios desde la función pública: Neder, Montenegro y Zamora.
La “ingeniería” del zamorismo, entonces, está definida. Sus asesores (auto-llamados expertos en constitucionalismo y conocidos porque siempre estuvieron cerca del calor oficial), preparan el mensaje y texto de ley que Zamora remitirá a la Cámara de Diputados, la que sancionará la norma que dictamine “la necesidad de la reforma constitucional”.
Excepto tres legisladores, el resto votará con el oficialismo, por lo que el paso por el Parlamento será un mero trámite para las pretensiones de “zamorita”.
También hay seguridad en la Casa de Gobierno de que en las elecciones de diputados constituyentes, Zamora “va a barrer” y, en consecuencia, no tendrá ningún inconveniente para ensuciar el texto constitucional con la reelección indefinida.
Todo para que a mitad del año que viene, lance su re-reelección, encabezando la fórmula y elija a la diputada nacional, vicepresidente primera de la Cámara baja y ex intendente de Fernández, Norma “Chuchi” Abdala de Matarazzo, para el cargo de vice gobernador.
Para el caso de que se cumpliera el sueño zamorista, seguirá reinando en la provincia esa menjunje impresentable de ex radicales con ex justicialistas que, sobre todo, aspiran a que siga el corso de la baja calidad institucional en Santiago del Estero, la injusticia, la persecución, la mordaza y, muy especialmente, la corrupción en todos los estamentos de los poderes públicos.

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