sábado, 16 de junio de 2012

Neder y Montenegro, ¿creen que lo ayudan a Zamora?

Hoy, Neder y Montenegro, “zamoristas” de la primera hora, seguros de que gozan de impunidad para sus correrías y corruptelas, “trabajan” por la re-reelección.
Ayer, Neder y Montenegro, “alegristas” de la primera hora, cuando “Pichón” le sacaba obras para su hermano y el “Chueco” lograba suculentas “ayudas” para su gremio.
Si hay dos que desprestigian al justicialismo por su conducta pública mezcla de descrédito partidario y fama de corrompidos, son sin duda las “principales espadas” elegidas por Gerardo Zamora como “referentes” de la “pata peronista”: José Emilio “Pichón” Neder y Gerardo “Chueco” Montenegro.
Neder le ha hecho creer que es el “jefe” (como alguna vez lo fueron Perón o Juárez), de toda la dirigencia justicialista que camina por la provincia, y Montenegro le ha vendido humo diciéndole que es “el elemento aglutinador” de todos los sindicalistas de Santiago del Estero.
Con ellos, pareciera que Zamora está convencido de que tiene a su merced a la flor y nata del peronismo y del gremialismo. Será por ello que los ha convertido en sus socios preferidos, pero de negocios espurios con fondos públicos robados al Estado provincial y que los ha transformados a los tres en “nuevos ricos”, y no de políticas o programas de gestión y de gobierno.
Porque ni Neder ni Zamora pueden explicar, por ejemplo, qué significa “la doctrina zamorista”, cuál es la “base programática” que guía al gobernador y a sus acólitos, y a dónde está “la militancia” que sustenta a las “Bases Peronistas” o al Frente Cívico. Nunca podrían ser “predicadores” del “proyecto” de Gerardo Zamora y salir por las tribunas provinciales y los medios de prensa explicando a propios y ajenos -debates de por medio-, la planificación y programación de las iniciativas políticas de “Bases Peronistas” y del Frente Cívico destinadas a un objetivo político común.
Neder y Montenegro no podrían alcanzar ese vuelo porque no conocen otra cosa que pegarse al calor oficial y desde allí enriquecerse y “repartir” migajas a sus seguidores que, por una mínima paga, pasan a convertirse en “la tropa”. Ya lo hicieron con Juárez, Iturre, Mujica, Ricardo Díaz, Schiaretti, Lanusse y hasta con “la señora Nina”.
Ahora, esa “tropa”, con plata para comprar pintura y alquilar vehículos, es la que ha iniciado la pintada de muros y paredes con el eslogan “Zamora 2013”, pretendiendo una re-reelección a todas luces inconstitucional.
Zamora es dueño de admitir el apresuramiento del inicio de “la campaña por la re-reelección” cuando faltan poco menos de dos años para las elecciones a gobernador, pero debería “conducir” el mensaje y no permitir que a la propaganda de su nombre se añaden en las paredes los “Upcn” y los “Bases Peronistas”, porque aluden, justamente, a los descalificados “Pichón” Neder y “Chueco” Montenegro, que, se sabe, le van a hacer un flaco favor al “operativo re-reelección”.
Ahora, si a casi ocho años de gestión Zamora no aprendió a calibrar a sus colaboradores y socios, determinando quién o quiénes son prestigiosos y quién o quiénes están registrados por sus corruptelas dentro de la ciudadanía, puede terminar llenando actos con gente “comprada” con dinero o bolsines, pero perdiendo muchos de los votos que provienen del convencimiento y de la conciencia.

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