martes, 24 de abril de 2012

Es tarde para detener a los “ladroncitos” del zamorismo

Zamora y Bernasconi, en el Día del Trabajador Vial, entreverados con los “ladroncitos” que utilizan maquinarias del Estado para negocios personales.
Pasaron siete años para que la justicia y el Poder Ejecutivo de la gestión de Gerardo Zamora se dieran cuenta que hay “ladroncitos” y “kiosquitos” por todos lados. En todas las reparticiones de esta administración se levanta un expediente y se encuentra un affaire con todas las huellas de los autores de los robos. Se repite, con mucha razón, que “no admiten una auditoría visual”.
La gente, que al parecer conoce más que la policía, los jueces y los gobernantes, se ríe cuando advierte el “duro ataque” a los “kiosqueritos”, mientras se mira para otro lado frente a los desfalcos de los grandes socios del zamorismo.
Como se ríen los comprovincianos del departamento Quebracho, con Sumampa como cabecera, que sabían (de años) que en la zona Vial número 9, se realizaban grandes negociados. Encima, pequeños productores y gente común de Sumampa, Sol de Julio, Paso de Oscares y Ramírez de Velazco, denunciaron reiteradamente las diferentes irregularidades en esta zona Vial.
El que recibió informes, por ejemplo, fue el diputado y actual secretario de Trabajo, Andrés Bernasconi, a quien como secretario general del Sindicato de Trabajadores Viales Provinciales, se le hizo saber cada uno de los robos. No hizo nada. Amparó a los “ladroncitos” de su gremio y empleados del gobierno.
Tarde se investiga al jefe Figueroa y a los mellizos Tuznios.

Enriquecimientos

Las pesquisas que envió Zamora no tienen mucho trabajo. Pueden preguntar a cualquier poblador del departamento Quebrachos para saber a dónde fueron a parar los muebles que se fabricaron en los últimos 7 años en las carpinterías.
De igual modo, se van a informar de cuántos litros de gasoil se cambiaron por materiales (cemento, cal, etc.), por dinero en efectivo.
Ó cuántos “arreglos” se hicieron por animales vacunos por trabajos privados en establecimientos rurales.
También cómo fue la defraudación de los viáticos.
Entre tanto, mientras se enriquecen los empleados y se convierten en “nuevos ricos” del “nuevo Santiago”, el 80% de los caminos están intransitables. Para esas reparaciones no hay maquinarias ni insumos, y los requerimientos de las escuelas y comisiones vecinales se tiraron al cesto de papeles.

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