miércoles, 18 de abril de 2012

El gobierno de YPF es el de Trenes Buenos Aires

Por Comité Nacional de la Juventud Radical.
Esclarecedor pronunciamiento de la Juventud Nacional Radical sobre la estatización de YPF.
Un Estado que no controló, privados que no invirtieron, un gobierno cómplice. Podríamos estar hablando de los trenes y la tragedia de Once hace 50 días o de la situación de YPF hasta hoy, 20 años después de su privatización. Los adjetivos, son los mismos. El anuncio puede ser visto desde dos lugares. Desde el del relato, o desde el de la realidad. El anuncio del relato: el Estado vuelve a YPF, recuperamos soberanía, y el modelo de crecimiento nacional y popular encuentra una nueva batalla épica para librar.
El anuncio de la realidad: Los mismos que hace 20 años pedían a los gritos la privatización de la petrolera estatal, que durante ocho años no controlaron y fueron cómplices de la desinversión, hoy nos presentan el reingreso del Estado a YPF como una conquista y encubren un negocio.
Hace 50 días el relato se chocó literalmente con la realidad. Un tren del Sarmiento, privatizado en los ´90 por el peronismo neoliberal, protagonizaba un accidente que implicó la muerte de 51 personas. A ese tren, debía controlarlo el Estado gobernado por ese mismo peronismo, ahora en ropaje interventor.
El transporte y la energía tienen más puntos de contacto de los que parece. Desde 1998 las reservas petroleras caen. Desde 2003 las reservas de gas se desploman. En los últimos 9 años la Argentina perdió soberanía energética y se volvió débil desde lo estratégico y vulnerable desde lo económico. Por suerte, YPF no tiene trenes.
El problema energético en la Argentina no es sólo por quién administra la empresa, sino más bien por cómo se establecen las políticas, qué se exige, cuáles son las prioridades y en qué condiciones.
Es eso lo que no tenemos: el proyecto, la estrategia y la visión de futuro. Eso permitió el vaciamiento de YPF y encubre una siniestra maniobra de la que hemos sido testigos los últimos días: gobernadores que quitan áreas a YPF, las asignan a otras firmas en perjuicio de la YPF que el Estado retomará.
La recuperación del Estado es necesaria pero no debe ser confundida. Queremos un Estado que señale rumbos, planifique, exija y promueva. No uno que haga las veces de socio bobo, mire a un costado y sea corrompido por funcionarios voraces y delincuentes. Este segundo Estado es el que hoy nos relata lo que solos podemos ver.

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