jueves, 15 de marzo de 2012

Labradoras del campo, firmes en la lucha campesina

Por Mujeres Campesinas Indígenas Urbanas.
Vamos más allá… mejor entre todas y todos podemos cambiar.
Más de 200 mujeres de comunidades campesinas, indígenas y urbanas de distintos departamentos de Santiago del Estero y de Buenos Aires, nos reunimos en Quimilí, para fortalecer el intercambio de luchas, ideas y estrategias de resistencia ante la opresión del patriarcado.
Como mujeres trabajadoras del campo y de la ciudad, cada día luchamos contra el modelo capitalista, que nos quiere impedir la producción de alimentos sanos con nuestras manos, sabrosos y variados. Mantenemos las costumbres y la manera de alimentarnos de varias generaciones.
En el campo nosotras trabajamos la tierra, sembramos, hacemos artesanías, somos guardianas de las semillas, aplicamos y practicamos saberes, producimos alimentos sanos con nuestras manos, sabrosos y variados. Mantenemos las costumbres y la manera de alimentarnos de varias generaciones, sanos y con un trabajo digno en nuestros territorios.
En la ciudad nosotras luchamos por el reconocimiento de nuestro trabajo de igual a igual. En los mercados locales, tenemos oferta de alimentos de pocos productores, poca variedad, menos calidad. Es el mercado capitalista, y no nuestras necesidades, quien impone lo que tenemos que comer.
A través de la organización empezamos a valorar y reconocer nuestros derechos como mujeres y vemos importante la articulación e intercambio, para generar propuestas que nos permitan cambiar la situación de opresión.
El modelo agro exportador, acumula las riquezas en manos de unos pocos. Esos pocos alambran, concentran las tierras, desmontan indiscriminadamente, fumigan con agro tóxicos de manera irracional, contaminando el agua, el aire y la tierra, desertificando y provocando la pérdida de la biodiversidad. El monocultivo aumenta las desigualdades sociales: los ricos tienen cada vez más y los pobres cada vez menos, expulsa a los campesinos y campesinas de sus territorios y alimenta la concentración en las grandes ciudades, donde solo unos pocos consiguen empleo.
Ante esta situación, nosotras organizadas reivindicamos la forma de producción campesina indígena, respetando los ciclos naturales, generando trabajo autónomo y digno, sin explotación. Fortaleciendo lazos con la ciudad, protagonizando modos de producción a favor de la vida y cuidando a la Pachamama.
Por eso nosotras y nosotros, rechazamos este modelo de contaminación, saqueo, destrucción y muerte, que atenta contra la soberanía alimentaria de los pueblos.
Por eso nosotras y nosotros, promovemos el intercambio de semillas naturales, abastecer el mercado local con productos sanos y diversos, organizarnos, concientizar respecto a las consecuencias del uso de agrotóxicos en nuestra salud y forma de alimentación.
¡ No a los agro tóxicos, sí a la vida!
¡Mujeres organizadas, produciendo alimentos para los pueblos!

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