lunes, 19 de diciembre de 2011

Festival de feriados

Editorial de La Nación, de Buenos Aires.
Los próximos asuetos y la perspectiva de un 2012 con 121 días no laborables no preparan para el trabajo y la disciplina necesarios.
La reivindicación del ocio (el famoso ocio creativo) es una gran conquista de las sociedades modernas, pero la desmesura nunca es buena consejera y pareciera ser esta última la que se va imponiendo en materia de feriados.
Decimos esto porque, como un gran anuncio para la comunidad, el gobierno nacional, en la persona del ministro del Interior, Florencio Randazzo, ha informado que los días 23, 26 y 30 de este último mes de 2011 y el 2 de enero próximo serán de asueto para la administración pública.
Así, este año que termina tendrá, entre 14 feriados inamovibles, tres trasladables, dos puentes, el 31 de diciembre y estos tres últimos asuetos -más los sábados y domingos-, 110 días no laborables. La cifra no desluce ante la del año próximo, que será récord: en noviembre pasado, este diario tituló: "En 2012 no será laborable uno de cada 3 días". Efectivamente, el año que viene va a haber un récord de fines de semana largos más un feriado por única vez, el 27 de febrero (para celebrar el bicentenario de la creación y primera jura de la bandera nacional). Los días de descanso en 2012, sumando los fines de semana ordinarios, serán 121, es decir, un tercio del año. Una peculiaridad más: abril tendrá solo 17 días hábiles, casi un 50 por ciento de descanso por otro tanto de esfuerzo dedicado a la producción.
El asueto que los argentinos tienen ahora por delante va específicamente del mediodía de los próximos 23 y 30 de diciembre a toda la jornada de los lunes 26 y 2 de enero. El ministro Randazzo invitó al sector privado a que adhiera al objetivo planteado, "que tiene que ver con pasar las Fiestas en familia, en paz y con alegría". Una invitación prontamente aceptada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, aceptada a medias por el gobierno porteño y lamentada por el presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Carlos de la Vega, porque para los comerciantes esos días son los que la gente destina a efectuar las últimas compras para las Fiestas y para su sector es fundamental porque es la oportunidad de concretar más ventas.
Es curioso que un motivo de regocijo como es -coincidimos con el ministro- festejar las Fiestas en familia traiga decepción a una parte importante de la comunidad, concretamente los comerciantes, y, también, trastornos y zozobras a todos los que pensaban transcurrir esos días normalmente.
¿No habrá llegado la hora, para nuestra sociedad, de volver a una virtud olvidada como es la austeridad? Este verdadero festival de feriados no es lo más aconsejable, con la mente puesta en la crisis económica y social que se vive a nivel mundial, y de la que sólo se podrá salir con trabajo, disciplina y organización.

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