lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Cómo está la Argentina ante la ONU?

Jorge Argüello.
Por Jorge Argüello, embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

La ONU nos acaba de responder la repetida pregunta de “cómo estamos” que nos hacemos mirando al resto del mundo: estamos más que bien. Fuera de toda especulación política o ideológica, Naciones Unidas se ha provisto de una herramienta precisa para corroborarlo: el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que conjuga sabiamente lo económico con lo social. Y según el IDH 2011, la Argentina figura en la lista de los países con desarrollo humano “muy alto”.
El IDH 2010 ya había ubicado a la Argentina en el puesto 46to. Comparando 2005 con 2010, la Argentina había escalado cuatro posiciones. En 2011 ha escalado nuevamente, al puesto 45. Pero, como parte de las mejoras introducidas este año al índice, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la evaluación se amplió de 167 a 187 países, lo cual hace cualitativamente más importante ese puesto ganado.
En el concierto latinoamericano, sólo la Argentina y Chile obtuvieron del índice de desarrollo humano la calificación de "muy alto", Uruguay, Cuba, México, Panamá, Costa Rica, Venezuela, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia y Belice como “alto”, República Dominicana, Surinam, El Salvador, Paraguay, Bolivia, Guyana, Honduras, Nicaragua y Guatemala como “medio” y Haití, “bajo”.
El ranking general de desarrollo humano está encabezado por Noruega, Australia, Holanda, recién en cuarto lugar una potencia económica como Estados Unidos, luego Nueva Zelanda, Canadá, Irlanda, Liechtenstein, Alemania y Suecia. En el fondo, en contraste, aparecen la República Democrática del Congo, Níger y Burundi, todos en África.
El PNUD ha centrado su informe 2011 en la relación del desarrollo humano con la desigualdad, pero también con la posibilidad de un desarrollo que resulte sustentable. Un cambio de metodología importante, para estimar mejor la distribución de salud, educación e ingresos ha reemplazado el conocido índice de Gini por el índice de Atkinson, considerado más sensible a la variaciones en las escalas relacionadas con esperanza de vida y nivel de escolaridad.

Proyecto de país

Pero, otra vez, el punto aquí es menos técnico y de rankings que, como todo en el fondo, político, de políticas públicas en un proyecto de país. El IDH 2011 mantiene a América Latina como la región más desigual en materia de ingresos. Por eso, lo importante es tener claro que sólo las políticas progresivas irán reduciendo brechas, como viene ocurriendo en la Argentina desde 2003.
El Informe 2011 advierte, por otra parte, que los apremiantes desafíos globales de sostenibilidad y equidad deben tratarse de forma conjunta. El PNUD valora mucho las gestiones que los países de nuestra región está haciendo fronteras adentro para proteger de manos propias y foráneas sus recursos naturales, especialmente en épocas de expansión económica como la de los últimos anos. Y también en ámbitos internacionales, como las que el G77 más china, con la presidencia de Argentina este ano, hace para conseguir la imprescindible renovación de los compromisos del Protocolo de Kyoto de reducción de gases de efecto invernadero, un asunto a definirse a fines de este mes en la Cumbre del Clima en Durban, Sudafrica.
El PNUD llamó al mundo la atención sobre el hecho de que el habitante promedio de los países con IDH muy alto emite cuatro veces más dióxido de carbono que el de los de IDH sólo alto o medio.
A su vez, en países con bajo IDH, falta agua potable y se sufren deficiencias sanitarias, en un contexto de cambio climático que puede propagar enfermedades. Como razonaron los expertos del PNUD, los riesgos medioambientales con repercusiones globales, en especial los gases invernadero, suelen aumentar a la par del IDH.
El puro crecimiento económico no equivale per se al Desarrollo Humano. Esto es algo que a los argentinos nos quedó más que claro después del duro experimento neoliberal de los noventa. Ahora, una vez más, ha quedado expresado en las urnas. También en ese sentido estamos bien, aun con todo lo que nos quede por hacer.
Pero como dijo la Presidenta en la Cumbre del G20 de Cannes, en ese camino que queda por andar, en el desarrollo humano que nos queda por lograr, hay cosas que no podemos volver a permitir. No se puede hacer dinero sin reglas ni crecer económicamente a cualquier costo. Como muestra el IDH 2011, eso se cobra siempre un precio en la dignidad de personas de carne y hueso. Y, ahora también, en la salud de la amenazada tierra que habitamos.

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